Soy licenciado en Derecho por la Universitat Jaume I y tengo una sólida formación internacional, habiendo realizado parte de mis estudios en la Università degli studi di Trento. Además, completé el Máster en Abogacía, lo que me ha permitido profundizar en el ejercicio profesional y mantenerme actualizado con las normativas vigentes.

No fue hasta 2017 que decidí dar el paso y abrazar mi verdadera vocación. Y digo “verdadera” porque, aunque mi trayectoria profesional comenzó en la empresa privada y en el sector bancario, en el fondo siempre supe que lo mío era otra cosa.

Desde pequeño, en casa me llamaban el “defensor de causas perdidas”. Siempre he sentido una inclinación natural a alzar la voz cuando alguien lo necesitaba, a ponerme del lado de quien estaba en desventaja, a buscar el equilibrio cuando las reglas del juego no eran justas.

Hoy entiendo que ese impulso, ese compromiso con la justicia y con los demás, no era una fase ni una casualidad: era vocación. Solo que a veces, las vocaciones tardan en revelarse… o en atreverse a salir.

Ahora ejerzo el Derecho con la convicción de que cada caso importa, y con la certeza de que defender a quien lo necesita no es solo una profesión: es una forma de estar en el mundo.

Soy lo que son mis clientes.